Maternidad y migración: el doble desafío de empezar de nuevo
En el episodio de hoy, tuve la suerte de conversar con Ambar, una mujer extraordinaria que combina la valentía de ser madre con el reto de emigrar. En este episodio, nos adentramos en un tema que rara vez se discute en profundidad: ¿cómo se vive la maternidad cuando también estás enfrentando la travesía migratoria? ¿Cómo se lidia con los miedos y responsabilidades cuando, además de reinventarte a ti misma, tienes a alguien más bajo tu cuidado?
Recuerdo cuando llegué a España, lo abrumador que fue gestionar mi vida personal y profesional. Pero no puedo imaginarme lo que es hacerlo con una hija a cuestas, como le sucedió a Ambar, quien llegó a Madrid en 2022 con su pequeña. Como ella misma dijo, “nunca tenemos conciencia completa del peligro que corremos ni de los sacrificios que nos esperan, pero el deseo de ofrecerle un futuro mejor a nuestros hijos es lo que nos empuja a seguir adelante.”
Ambar compartió su historia, desde los momentos más duros en un apartamento frío y vacío, sin muebles y sin el apoyo inmediato de su esposo, hasta las batallas cotidianas de criar a su hija sola en un entorno desconocido. Una de las partes más conmovedoras fue cuando contó cómo su hija se enfermó durante uno de los inviernos más fríos, y cómo se enfrentó sola al desafío de llevarla al hospital, mientras intentaba mantener la calma y no perderse a sí misma en el proceso. “Me crecí descomunalmente”, dijo. Y esa frase resume lo que tantas madres migrantes experimentan: una fuerza que no sabían que tenían, emergiendo en los momentos más difíciles.
Durante la entrevista, tocamos temas fundamentales, como la soledad profunda que a menudo acompaña al migrante, especialmente a las madres. Esa soledad, mencionó Ambar, es la que te hace enfrentar la responsabilidad sin nadie a quien echarle la culpa ni con quién compartirla. Es un viaje personal, donde descubres fuerzas y límites que no sabías que existían. Pero también es una travesía emocionalmente agotadora.
Además de los desafíos cotidianos, hablamos de la espera. En el caso de Ambar, su esposo tuvo que tomar una decisión radical: llegar a España de manera ilegal a través de Serbia, después de varios intentos fallidos de reunificación familiar. La espera, me dijo, fue lo más difícil de soportar, no solo por la distancia física, sino por la incertidumbre constante sobre el futuro de su familia.
Una cita que me impactó profundamente fue cuando Ambar reflexionó sobre la migración: “¿Qué pensabas que era emigrar? ¿Que tener un mercado lleno de comida resolvería todo? ¿Que con un buen transporte ya eras feliz? No es así. La felicidad no está afuera, está en uno mismo.” Este recordatorio de que las expectativas de una vida mejor muchas veces chocan con una realidad más compleja, es algo que muchos migrantes descubrimos, a veces demasiado tarde.
Al final de nuestra charla, le pregunté qué palabra la definía. Sin dudarlo, respondió: “Tenacidad”. Y es que, si algo caracteriza a Ambar, y a tantas otras mujeres que han hecho este viaje con sus hijos, es esa perseverancia inquebrantable.
Quisiera dejarte con una pregunta para reflexionar: ¿cómo crees que cambiaría tu vida si tuvieras que empezar de nuevo en otro país con la responsabilidad de criar a un hijo? ¿Qué te llevarías de tu vida anterior y qué dejarías atrás?
Te invito a escuchar el episodio completo para conocer más sobre la historia de Ambar y sus aprendizajes en esta travesía de la migración y la maternidad. ¡No te lo pierdas!